La iniciativa de La Cámpora para cambiar la inconstitucional ley de Contravenciones Policiales por un Código de Convivencia promete poner a prueba, una vez más, la unidad dentro del bloque oficialista Tucumán Crece.
El legislador Jesús Salim (PJ), representante del movimiento kirchnerista en la Cámara, presentará en estos días el proyecto de ley que elaboró por su cuenta, junto a un equipo de abogados, y que tiene enormes diferencias con las otras propuestas del alperovichismo. La principal es que en el borrador de 32 páginas, al cual accedió LA GACETA, no figuran la palabra arresto ni detención. De hecho, el texto establece que al presunto infractor ni siquiera podrán colocarle esposas. "No se trata de que no hayan más contravenciones policiales en la provincia, sino de que existan las necesarias para alcanzar una convivencia pacífica, pero siempre bajo un procedimiento legal y justo, que respete y garantice los derechos de las personas, sin discriminación de ningún tipo", consta en los fundamentos del proyecto camporista.
Además, Salim hizo otra apuesta fuerte, y habrá que ver cómo la interpretarán sus pares. El jueves, el dirigente nacido en Famaillá encabezará un foro de debate paralelo al que coordinó Gerónimo Vargas Aignasse (PJ), titular de la comisión de Seguridad y Justicia de la Cámara. En ese encuentro (al que están invitadas organizaciones kirchneristas y de defensa a los derechos humanos, además de otros legisladores) se harán las últimas correcciones al borrador, que luego será presentado oficialmente.
El Código de Contravenciones Policiales (ley provincial 5.140) fue creado en 1980, durante la dictadura militar, y establece un sistema de sanciones a conductas que alteran el orden social. Fue declarado inconstitucional en 2010 por la Corte de la Nación, ya que el procedimiento previsto habilita a la Policía a detener, investigar y sancionar (con multa o arresto) al presunto infractor, sin intervención inmediata de la Justicia ni derecho a defensa en juicio oral.
Las iniciativas para modificar la norma generaron una fuerte interna en el bloque alperovichista. De hecho, varios legisladores oficialistas trabajaron por su cuenta para presentar un proyecto. En el lenguaje político, muchos interpretan estos gestos como un mensajes para medir fuerzas dentro de la bancada.
La Cámpora ya había anunciado que Salim haría su aporte para reformar la ley. El texto tiene enormes diferencias con las ideas aportadas por otros alperovichistas, e incluso por el radicalismo. "Cuando la Policía sospecha de alguien y no puede requerir su privación de libertad porque no cuenta con evidencias suficientes sobre el delito en cuestión, aplica la detención preventiva -sin prueba, sin orden ni control judicial- de 48 horas que la norma contravencional vigente consagra. Todo esto es de público conocimiento en Tucumán", dice el proyecto kirchnerista sobre la ley 5.140. En contrapartida, Salim confeccionó un Código de Convivencia que prevé otra clase de sanciones: servicios de utilidad pública (de hasta 60 días en establecimientos públicos que no pertenezcan a las fuerzas de seguridad); multas (cada unidad equivale al precio de la bolsa de azúcar fijada por los ingenios para el mercado local, y no puede superar el sueldo de un juez provincial penal de Iº instancia); reparación del daño; e instrucciones especiales (la reparación del daño, o cursos que no pueden extenderse más allá de un año).
La iniciativa camporista, además, acota los actos penalizados, en relación a los prohibidos por la norma vigente. Algunos de ellos son: pelear; hostigar o intimidar personas (siempre que no se configure un delito penal); afectar los servicios de emergencia o seguridad (llamados falsos); perturbar ceremonias religiosas o servicios fúnebres; y afectar la señalización dispuesta por autoridad pública. Para los casos de ebriedad o intoxicación evidente, el proyecto establece que el agente de Policía deberá conducir cuanto antes a la persona a un centro asistencial.
Además, el Código de Convivencia propuesto por Salim prevé la creación de oficinas judiciales abocadas especialmente a contravenciones, un proceso oral breve, y mecanismos tendientes a la mediación.
Es la primera vez que La Cámpora demuestra su independencia en la Cámara provincial. Más allá de que en el bloque alperovichista sabían de la iniciativa de Salim, no esperaban que el movimiento kirchnerista organizara un foro de debate paralelo. Y esto podría implicar un nuevo capítulo en la interna oficialista.